Enrique Olivar
ARCO DE LA VICTORIA
Av. de la Memoria, 32
El Arco de la Victoria, situado junto al intercambiador de Moncloa, es un monumento dedicado al final de la Guerra Civil española.
Terminado en 1955, en la actualidad es contemplado por muchos como un anacronismo. Se ha propuesto su demolición, así como una reinterpretación que le confiera nuevo significado y utilidad.
Pese a todo, el monumento tiene su valor histórico. Por su pasado y por su ubicación, ofrece muchas posibilidades que las instituciones madrileñas podrían aprovechar para crear un nuevo foco de interés en la ciudad.
El Arco de la Victoria es un monumento un tanto megalómano. Aun así no es feo y, connotaciones políticas aparte, sirve de adorno a la entrada de la ciudad por el oeste. Eso sí, recuerda mucho a los arcos triunfales de otras capitales europeas, como París o Bucarest.
Se trata de una puerta de un solo ojo, formada por un arco de medio punto. La altura del Arco es de 39 metros, a los que se suman los cinco que mide la escultura situada encima.
Cada uno de los prismas que lo sustentan tiene una puerta y un vestíbulo de acceso. En cada vestíbulo hay una escalera y un ascensor, cuyos mecanismos están deshabilitados. En la sala central superior es donde se situó de inicio la maqueta de la que sería Ciudad Universitaria.
Desde esta sala de exposiciones surgen dos escaleras que sirven para subir a la planta superior, al descubierto. Aquí arriba tenemos una Cuadriga de Minerva que mira hacia el noroeste, saliendo de la ciudad. Este grupo escultórico es obra de Julián Lozano.
La decoración del Arco de la Victoria
El monumento está adornado con esculturas adosadas al paramento, escudos e inscripciones. El friso superior sostiene una serie de figuras alegóricas, diez en los frentes principales y siete en los laterales. En total 34 figuras.
Sobre el círculo que describe el arco hay una figura femenina a cada lado. En el lado de salida encontramos dos fechas en romanos, 1936 y 1939, comienzo y final de la Guerra Civil. En el frente interior hay otras dos fechas, 1927 y 1956, comienzo e inauguración previstas para la Ciudad Universitaria.
La parte superior, alrededor de la Cuadriga de Minerva, es un estupendo mirador nunca abierto al público. Debido a este mirador, a su situación y a la sala de exposiciones, las posibilidades de este monumento desde el punto de vista turístico y cultural son muchas.
Fotografía por Quique Olivar