Con estas palabras escritas por su hijo Juan Pando Despierto nos despedimos de este gran artista de la fotografía:
"Sus originales sobre la retirada de las familias campesinas desde Talavera de la Reina; la lucha en la sierra de Guadarrama -donde desapareciera, en acción de guerra, su hermano José Luis, suboficial de la Brigada Topográfica-, así como el seguimiento que hizo, siempre ecuánime, nunca dogmático o morboso, del asedio de Madrid, son de lo mejor del género fotoperiodístico de entonces. Su imagen de una veintena de niños, a los que arenga un joven líder de 12-13 años, para que todos perseverasen en la construcción de fortificaciones en un solar colindante con el cine Colisevm, en vísperas de la capitulación de la capital (febrero de 1939) es pasmoso cuadro de espontaneidad y grandeza yuxtapuestas. Aquellas “Últimas tropas de la República” no jugaban a la guerra ni pretendían ser militares. Pero se consideraban “hombres” y por eso cavaron trincheras, como refuerzo de la idea de resistencia, que veían en sus padres y vecinos, reiterada en carteles y emisiones radiofónicas."