Hoy en nuestra sección de Madrid antiguo viajamos al pasado a través de Rafael Navarrete traspasando la frontera del tiempo.
La fotografía fue uno de los grandes descubrimientos del siglo XIX, Joseph Nicéphore Niépce en 1926 presentó la primera fotografía, pero no fue hasta 1839 cuando Daguerre divulgó el invento, hubo muchos inventores que también lo consiguieron pero Daguerre con muchos apoyos y dinero pasó a ser a día de hoy como el padre oficial de la fotografía.
Pero aunque ya se consiguieron hacer fotografías no se pudo resolver un problema, dar color a sus imágenes. Muchos investigadores intentaron resolver esta carencia, pero la solución no llegó hasta 1904 de la mano de los inventores del cine, los hermanos Lumiere, con sus placas autocromas.
Pero la fotografía en color no fue un camino nada fácil, era una actividad muy compleja y cara hasta para los mejores fotógrafos de la época y su uso no se expandió relativamente hasta los años 1970.
Hasta entonces, los fotógrafos, sobre todo los retratistas, habían solucionado este inconveniente iluminando sus fotografías al colorear manualmente las fotos con pigmentos translúcidos que transformaban él sepia del blanco y negro en vivos colores. Esta técnica, hoy conocida como colorización, ahora utiliza modernas herramientas digitales como el célebre Photoshop con el que revivir documentos fotográficos y cinematográficos históricos.
Esto es lo que hace hoy en día Rafael Navarrete, dar color a la historia, nosotros nos hemos centrado en sus magníficas coloraciones de Madrid.
Este trabajo es muy arduo y la colorización de una fotografía puede necesitar desde tres horas, en el caso de un retrato, a meses, para una escena con múltiples personajes.
Los trabajos de coloreado de Navarrete pueden verse en su página de Facebook, La Historia, a color, que cuenta con casi 28.000 seguidores, y también desde su cuenta de Twitter @historiacolor con 13,000 seguidores.